viernes, 13 de enero de 2012

#15M : Por una solución justa de la crisis

El nuevo equipo de Gobierno de Moncloa atribuye las medidas que presenta como extraordinarias (lo peor de lo malo) al desfase en el déficit presupuestario de 2011, imputando la responsabilidad, tanto del propio desfase, como de su ocultamiento, al equipo de Gobierno anterior (a la herencia Socialista).

Sin embargo, ya hemos ido viendo que la mayor parte de ese desfase se debe al extraordinario (por inconmensurable) déficit autonómico (tan desmesurado que hasta el último día del año no se ha podido precisar su magnitud: p. ej. en la Comunidad Valenciana). Por ello, a quien en realidad se ha de imputar la responsabilidad por ese desfase es a los correspondientes equipos de Gobierno autonómicos (mayoritariamente Populares).

Lo dijo Montoro, con cifras exactas, en la rueda de prensa del primer Consejo de Ministros en que se tomaron medidas especiales: lo dijo de improviso, sin poder preparar una mentira; pero luego se desmintió que fuera así (o sea, fue entonces cuando se mintió); y, finalmente, ha salido el propio Rajoy, dando cumplimiento a su intención de decir la verdad, confirmando que el déficit es todavía mayor del 8% y que efectivamente la mayor parte del desfase se debe a las Comunidades Autónomas. —Quizá por eso ya hace tiempo que estábamos clara y certeramente sentenciados de que moriríamos de autonomías o, dicho de otro modo, de que teníamos unas autonomías… ¡de muerte! (vamos, ¡pa morirse!).

Este déficit autonómico es de tal magnitud, (hasta un 20% p. ej. en la Comunidad Valenciana), que es evidente que no puede considerarse una mera falta de precisión o una simple consecuencia de la desafortunada situación económica: el déficit que ha dejado Zapatero, aun suponiendo que se haya producido por gastos indebidos (pues, se cuestiona el Plan E y el rescate a la banca) es, aún así, un déficit “franciscano” (austero: sólo 3 puntos superior al permitido), al lado del que nos han dejado Camps y los Fabras… Este último déficit se parece más al de Grecia (negligente, desmesurado… absolutamente insolidario con Europa…) y es el típico déficit que se puede calificar a priori y abiertamente como un fraude y quizá hasta también como una malversación de fondos públicos, sin requerir más pruebas que el propio balance de resultados. A cualquier contable, por un resultado así lo despedirían de inmediato y sería un despido disciplinario procedente.

A diferencia de los casos más o menos particulares de corrupción, que requieren una investigación, pruebas, testimonios, contrastar todo ello en una vista oral (en un juicio), como estamos viendo en los casos de Camps y Matas, en este caso de la Comunidad Valenciana en su conjunto, sin embargo, repito, basta el balance de resultados para deducir que: a) o bien se han desviado fondos presupuestados, de una manera masiva (industrial), hacia conceptos no presupuestados (y, por eso, falta dinero y las cosas no están pagadas: ¿dónde está el dinero de los centros educativos valencianos? ¿¡y cómo es que la Ciudad de las Ciencias están aún sin pagar y Terra Mítica reclama un ERE!?); b) o bien se han hecho inversiones fraudulentas, como cuando se firma un cheque sin fondos, a cuenta de lo que ni se tiene, ni se puede garantizar que se vaya a tener, ni tampoco se está probablemente autorizado a disponer. Pues, ¿acaso un equipo de Gobierno puede hacer inversiones de una magnitud tal que requiera 10, 15 ó 20 años para su amortización, cuando las legislaturas sólo son de 4 años, siendo que, en política democrática, nadie puede garantizar o presuponer que vaya a perpetuarse en el poder? —Cualquier inversión de este tipo tendría que haber sido completamente transparente a las Cámaras de representación parlamentaria, a la oposición, a los tribunales o sindicaturas de cuentas y expresamente aprobada por ellos: no un mundo oscuro, sujeto a sospechas y ambiente idóneo para un feed-back de corrupción.

Ahora se nos pide un esfuerzo para hacer frente a las medidas extraordinarias, eso sí, sólo durante 2 años, y para un desfase debido a la herencia socialista. Pero, una cosa es solidaridad ante una desgracia y otra cosa cargar de un modo u otro, en el fondo, con lo que es una responsabilidad administrativa e incluso penal de otros.

#15M se presentó en mayo de 2011 diciendo “Esta crisis no la pagamos”. Pues bien, el lema ahora se transforma, con más fundamento que nunca, en: “Que paguen el fraude los culpables”. Pues no se trata sólo de un fraude político, un conflicto de intereses, que se pueda discutir ideológicamente, como la crítica que se hace desde la izquierda a la economía neoliberal y al capital en general…, sino de un auténtico fraude económico y administrativo seguramente penalizable, con responsables concretos, que no son los contables, sino los altos cargos políticos y administrativos que han hecho un plan económico insostenible de manera bastante evidente y predecible y, en cualquier caso, extralimitando manifiestamente el alcance de su poder. Si no hubiera brotado esta crisis económica y se hubiera tenido que hacer un traspaso de poder en la Comunidad Valenciana, ¿qué le habría quedado al nuevo equipo de Gobierno (¡con un 20% de déficit y proyectos espectaculares gravosos y sin amortizar!)? ¿Cuánto tiempo se puede ocultar todo eso? ¿Hasta qué magnitud de cifras se hubiera podido ocultar?

Todo esto se puede interpretar además, sin necesidad de encontrar pruebas concretas, también globalmente considerado y por su propia magnitud, como una financiación ilegal del partido gobernante en la Comunidad Valenciana. Pues, se ha gastado lo que no era suyo, como partido, ni la propia Administración pública tenía ni podía honesta y quizá legalmente disponer, en halagar al pueblo con grandes maravillas, espectaculares pero puramente espectrales, con el fin de promocionar su propia imagen ante el pueblo. La Terra Mítica de Paramount Pictures ahora está en situación de ERE y no es rentable: ¿dónde están las pérdidas de Paramount Pictures? El Hilton del Palacio de Congresos también tuvo que desaparecer porque no era rentable, cediendo la titularidad a un Melià (más modesto y adecuado en dimensión: y acabará siendo un lujoso edificio multihotel, como otros de la misma Avenida): ¿dónde están las pérdidas de Hilton? Da toda la impresión de que Paramount Pictures y Hilton no han sido más que contratos de reclamo publicitario para lanzar esos proyectos, la región y, por supuesto, a su equipo de Gobierno: es dudoso que hayan prestado ese servicio con pérdidas; es más puede que hasta se les haya pagado por su imagen, su presencia (confieso que no lo sé). Pero la Comunidad Valenciana sí que tiene esas gruesas pérdidas y unos "monumentos" que cuesta más mantenerlos que lo que se gana (como el aeropuerto del abuelo, de Castellón). —Todo lo que se ha hecho para dar brillo a la Comunidad Valenciana, es decir, al partido que la gobierna, en el fondo ha venido a ser un fraude: político, social y económico.

Dicen: la ciudadanía prefiere tener la Ciudad de las Artes y las Ciencias antes que no tener la deuda… Pero, eso no se puede suponer al iniciar una inversión de esa dimensión; y, además, la ciudadanía puede preferir que la Comunidad se endeude en ello y que luego pague cuando  y como pueda. Pero no creo yo que la ciudadanía esté de acuerdo en excusar a la Comunidad de ese pago y de su incompetencia, y hacerse cargo cada familia en particular de varios miles de euros anuales para ello, de su propio bolsillo, adicionalmente, a lo ya contribuido en los impuestos ordinarios durante los últimos 16 años… Pues ese ya antiguo proyecto, el de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, aún está por pagar, parece que no es rentable y llegó finalmente a costar el doble de lo presupuestado. De hecho, en Islandia, esta misma situación hizo a la ciudadanía plantarse y decir ese “Yo no pago” o “Esta crisis no la pagamos”. —Pero además, ¿¡por qué sistemáticamente todo cuesta el doble de lo presupuestado!? Aunque sólo sea por esa incompetencia, esto ya merecería una sanción administrativa. Pero es que, además, suena a lo del 3% en Cataluña (lo que le dijo Maragall a CiU, cuando se produjo la transición del Gobierno de CiU al Socialista).

Aparte de tener que intervenir personalmente la ciudadanía para hacer frente a las deudas que han generado los políticos, y probablemente en su propio beneficio, aparte, los conceptos SÍ presupuestados correctamente quedan descubiertos: impagos en Sanidad (atención sanitaria, medicamentos, industria farmacéutica), Educación (plantillas de profesorado y su jornada laboral, financiación de centros educativos públicos y concertados): ¿el Estado del Bienestar se hace insostenible…? ¡No! Lo que es insostenible es la corrupción política, los abusos de poder, la arbitrariedad en el gasto público y la malversación o el descontrol de los fondos públicos, etc. Aunque sólo sea por la incompetencia o la negligencia en lo político o administrativo, sin tener en cuenta la posibilidad de delitos en lo económico, todos los responsables de esa gestión deberían al menos ser inhabilitados para ejercer cargos públicos o de relevancia en el mundo financiero y empresarial de por vida.

Y no hace falta hacer una “revolución” (revuelta, rebelión) popular para ello. Ni hace falta hacer nuevas leyes para evitarlo (que, de todos modos, han de hacerse). Con la propia legislación vigente y con los procedimientos preestablecidos, bastaría presentar las denuncias que fueran oportunas en el lugar adecuado para ello, para dirimir las responsabilidades por todo ello. —Insisto, sin entrar en la cuestión de la corrupción personal, particular, que requiere de pruebas y testimonios particulares, sino aunque sólo sea como evaluación de la gestión administrativa a la luz de los resultados que son ostensibles, es manifiesto que se trata de un desempeño, al menos negligente, si no fraudulento, de la Administración pública.

Igual que en la quiebra de una empresa hay que resolver si es fraudulenta, antes de liquidar beneficios al empresario, en las quiebras que ha habido de bancos y en la del Estado y especialmente la de las Autonomías, hay que resolver si hay responsabilidades políticas, Administrativas y penales, antes de correr un tupido velo con la contribución generosa, solidaria y esforzada de la ciudadanía, encantada de tener una Ciudad de las Artes y las Cienciasinsostenible. Parece que los organismos de control de las cuentas públicas con frecuencia han detectado desfases, arbitrariedades, etc. pero no se ha “ejecutado” nada y todo ha seguido igual. ¿Hay independencia del poder del control de las cuentas públicas respecto del poder político? —¡Auditorías externas sistemáticas (como las de S&P, Moody’s y Fitch… p. ej.: nuevas agencias europeas… que compitan con el monopolio altamente interesado y especulativo de las estadounidenses)!

#15M, más que un movimiento “activista” (como a veces se le confunde), en lo que tiene de ’15 de mayo’ (es decir, de espontáneo, eventual…) es re-activo. Es decir, es un movimiento que funcionó en su momento por el principio de acción - reacción. Es la acción injusta, la que provoca indignación (cfr. la obra Indignaos, de Stéphane Hessel), la que desencadenó y desencadenará en cada momento, siempre que se produzca, su correspondiente re-acción.

Es verdad que la situación actual es complicada y que el nuevo Gobierno da en alguna medida muestras de cautela, prudencia: intenta hacer algo de justicia a la vez que se preserva de una reacción popular previsible. P. ej. cuando trata de distribuir los costes de la crisis (con mayor o menor acierto: siempre lloverán las críticas…), o cuando evita hacer el temible “banco malo”, que incrementaría la deuda particular hasta llevar a familias inocentes a la quiebra en cadena (al menos abiertamente se ha desestimado esa fórmula del "banco malo", pero ya veremos cómo lo hacen para digerir los activos tóxicos...). Pero, pedir a los ciudadanos que carguen injustamente con todo el esfuerzo frente a la desmesura de la crisis (el desfase autonómico), cuando los políticos responsables permanecen todos en sus puestos, mantienen sus privilegios e incluso algunos aumentan sus sueldos… es muy ofensivo: verdaderamente indignante. Y no se puede además —como de hecho se hace— insultar al profesorado de la enseñanza pública y al funcionariado en general suponiendo y dando a entender que no son más que una pandilla de vagos llenos de privilegios (¡ellos!…).

Hay quien dice que #15M ya no está… Pero sólo ha estado latente mientras no había medidas injustas que estimularan su reacción. Pues #15M no es un partido con militancia y con un proyecto político claramente definido por un ideario y unas doctrinas. Por eso, se ha pasado los últimos meses proponiendo y debatiendo propuestas hasta el infinito sin llegar a canalizar y ejecutar acciones políticas claras significativas, aparte de su apoyo constante contra los desahucios y los recortes en sanidad y educación.

Pues bien, los desahuciados, los parados, la sanidad y la educación, el funcionariado en general, en cada barrio o localidad, necesitan del soporte del #15M original, que es el que es “de todos” (ese 70-80% de simpatía CIS). Y, a su vez, #15M también necesita del soporte de la sociedad: se habló de la dispersión hacia los barrios y pueblos, de implicar a las familias, a los “yayoflautas”… Pues bien, es en los propios desahuciados, parados, en el personal sanitario, el profesorado y el funcionariado en general de cada barrio o localidad donde #15M tiene su propio soporte expansivo y el despertar de su letargo. En realidad, es la sociedad toda, la sociedad civil, la que serenamente debe participar, pronunciarse y mostrar con espíritu cívico o ciudadano, con gestos inteligentes y palabras convincentes, sin violencia, su opinión sobre la justicia de las medidas que se están adoptando. Todo ello, siempre de una manera completamente apartidista, no por hacerle el trabajo político a otro partido (a la oposición), y, por tanto, más allá de la divergencia puramente política (doctrinal, ideológica) de los enfoques: simplemente buscando que cada uno ponga en esto lo que debe poner (lo cual para muchos tendría que ser poner sus cargos a la disposición de las autoridades correspondientes).

No hay comentarios:

Publicar un comentario